14/9/10

Textos de la exposición "en este mismo instante", en la Galería el Mono de la tinta, marzo del 2008.



Se acerca a la ventana,
en ocasiones habla con ella aunque sabe que ya no existe.
Mira por la ventana y se queda mirando las gotas de lluvia que recorren los cristales.



Bebe un poco de su copa.
Piensa que hubiera sido mejor decir toda la verdad.
Aprieta con fuerza las llaves con las que ha estado jugando toda la noche
pide la cuenta.



Ella le cuenta con detalle todo lo que ocurrió.
Al escucharlo, se ha sentido dueño de cierto poder
no desea ese tipo de poder.
Aprieta los labios y mira hacia otro lado.



Le despierta el ruido de un taladro
al instante le viene a la memoria aquel día de abril.
Cambia de postura unas cuantas veces.
Consigue tranquilizarse
duerme una hora más.



Se lleva uno de sus dedos a la boca
es incapaz de pensar y mucho menos de hablar.
Mira a su alrededor, todos hablan atropelladamente.
Finalmente decide marcharse.



Le resulta familiar lo que tiene que decir, pero se ahoga cada vez que lo intenta.
Su hermano le interroga con la mirada.
Afuera en la calle hace frío, dentro, quizás haga demasiado calor.



Anoche bebió demasiado.
Le duele la cabeza.
Da vueltas por la casa buscando las gafas.
Anoche pasó un rato divertido, sin embargo ahora
no le resulta tan divertido.



Mira la fotografía detenidamente, y no se reconoce
no reconoce a nadie de los que están posando.
Está harto de que todo tenga que tener una explicación.



Mira hacia la pared
descubre una pequeña grieta
la misma grieta que alguna de sus hermanas observara la noche anterior.
Alguien enciende la luz, llega la enfermera.



Le coge la mano y le dice: el mes que viene tengo que hacer un largo viaje.
Y ella contesta: llévame contigo.
Se miran y se sonríen.
Luego, el llora sin que ella le vea.

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