14/9/10

Poemas para un proyecto de libro de artista de María Calzadilla.

Los tres estados

Cuando la conoció llevaba un moño alto.
Estaba sentada en un taburete, se descalzó y fingió naturalidad,
eso la hizo más atractiva.
Un día de verano, descubrió su melena,
ella dormía en el sillón blanco.
Ahora lleva una trenza de raíz
está muy guapa
pero, ya no están juntos.

Una trenza pequeña

- ¡Mamá, mira!, Elena me ha hecho una trenza-
- Ven aquí - , la mira a los ojos y le sonríe.
- Ponte las zapatillas, tu padre está a punto de llegar-.


En la cama

Me pediste un pañuelo.
Sólo te pude dar un poco de papel de cocina
Tenías la nariz roja y la trenza medio desecha..
Te quise dar un beso para intentar detener tu llanto.
Luego te dormiste dándome la espalda.
Tu trenza había desaparecido.

El viaje

Viajaba, una vez más, hacia ese lugar donde las cosas no son lo que parecen.
El autocar estaba medio vacío.
Era mediodía, hacía mucho calor.
Miró el paisaje entreabriendo su cortina,
la luz del sol iluminó el cabello de la niña que estaba su lado.
Tenía una bonita trenza y unos ojos muy tristes.
Volvió a correr la cortina y durmió el resto del viaje.
Una tarde de domingo. Presentación del libro de artista, en ComoLab. Junio de 2010

Una tarde de domingo es un punto muerto. Es el tiempo que utilizamos comúnmente para delimitar nuestro descanso y nuestro trabajo. Un domingo por la tarde es el tiempo sin tiempo. Un domingo por la tarde es el germen de nuestras pequeñas depresiones, donde sin querer, miramos hacia lo que somos y lo que queremos ser, sin encontrar confluencia alguna. En ocasiones, una tarde de domingo, se convierte en un callejón sin salida, y lo más parecido a un domingo por la tarde, es otro domingo por la tarde. Un domingo por la tarde es el nexo de un bucle que va construyendo nuestra vida de semana en semana. Para la mayoría de la gente, una tarde de domingo resulta tediosa, y ese tiempo lo utiliza para mirar esa inmensa musaraña que es el televisor, o para dar paseos sin ganas, o para reunirse con amigos con el único fin de llenar un vacío que no sació el sábado, o para que se yo, para hacer nada, tan sólo esperar.

Personalmente, no creo mucho en las musas, ni en la inspiración, no sé trabajar muy bien con referencias y no existe una razón concreta por la cual me da por dibujar, no soy de los que necesitan crear para entender el mundo, no tengo ningún interés en entender. Pero, en esta ocasión tomé como punto de partida, para la elaboración de este libro, el poema de Raymond Carver, “Domingo por la noche”, dice así:

Utiliza las cosas que te rodean.
Esta ligera lluvia
Del otro lado de la ventana, por ejemplo.
Este cigarrillo entre los dedos,
Estos pies en el sofá.
El débil sonido del rock and roll,
El Ferrari rojo en el interior de mi cabeza.
La mujer que anda a tropezones
Borracha por la cocina…
Toma todo eso,
Utilízalo.

Cuando leí por primera vez este poema, me imaginé a un hombre esperando la inspiración, sentado delante de su maquina de escribir, pensando en todas estas cosas, y al final de esta espera, surge una poesía alentadora, que insta a que utilices lo cotidiano como punto de partida. Este libro que nació sin pretensiones, está lleno de ellas. Los dibujos, fotografías y poemas que lo componen están elaborados, en su mayoría, en esas tardes de mis domingos.

Este libro de artista está estampado de forma digital y se han hecho 20 ejemplares, numerados y firmados por el autor. Forma parte de un proyecto ideado por Raúl Díaz Reyes, denominado “ The Art Books Proyect” y financiado por la Fundación Arte y Derecho. El conjunto del proyecto estaba formado por cuatro libros de otros tantos artistas. Los otros tres libros se presentaron en la galería La Esquina del Arte Contemporáneo, el pasado 29 de abril, de este año.
Poemas

La Playa

Recuerdo que cuando fuimos
tú rezabas todas las mañanas para que no lloviera.
Luego cuando caminaba por la playa (escuchando Nyquil)
tú me buscaste con la mirada
vi que no me encontrabas,
te incorporaste y te noté preocupada,
te hice una seña con mi brazo, pero era inútil,
Creo que en ese momento me di cuenta
¿En qué nos habíamos convertido?
Dos extraños buscando el paraíso, hace ya tiempo que estábamos lejos,
lo intentábamos una vez más.
Cuando llegué a tu lado, me sonreíste y te regalé una piedra que encontré en la orilla,
Luego decidimos irnos, tú seguirías intentándolo,
yo, ya no.

...

La casa

La casa donde descubrió el aburrimiento
La casa donde cocina para sus amigos
La casa donde emancipó a sus amantes
La casa que un día se inundó
La casa donde escucha toser a sus vecinos
La casa donde dormía su hermano
La casa con olor a madera
La casa donde se escucha música a todas horas
La casa donde se aman
La casa donde mira a otro lado cuando sus vecinos discuten
La casa donde llora cuando nadie le ve
La casa donde hay una melodía permanente
La casa donde escuchó por primera vez
La casa que se hace grande también los lunes
La casa donde fabricó algunas de sus torpezas
La casa donde cuelgan los regalos
La casa con dos baños
La casa donde trabaja
La casa donde intenta descansar
La casa que le gustó y ahora no le gusta
La casa donde se oye el camión de la basura
La casa que tiene una escalera de madera
La casa donde encuentra lo que no busca
La casa con las cortinas que quedaron cortas
La casa donde ojea su pasado
La casa donde espera su futuro

...

Mi madre

Me acuerdo de ella

Me acuerdo de ella cuando como fresas con vino
cuando doblo las sábanas
cuando huele a geranio
también, me acuerdo de ella, cuando veo a sus hijas.

Me acuerdo de ella

Me acuerdo de ella cuando intento dibujar
cuando miro atrás
cuando lloro, y entonces, lloro más
también, me acuerdo de ella, cuando me hablas de tu madre.

Me acuerdo de ella

Me acuerdo de ella mientras cocino
cuando subo las escaleras de su casa
cuando busco entre mis recuerdos alguna respuesta
también, me acuerdo de ella, cuando adivino tristeza en los ojos de mi padre.

Me acuerdo de ella



Bichucho

Le cogía la cara
y le decía
¡Ay mi bichucho!
Texto para la exposición de Nuria Blanco, "El ánima de las damas", en la galería Estampa, marzo de 2007.

Hay un ánima que ve lo que otras no ven
Hay un ánima que sufre
Hay un ánima que mira el reloj
Hay un ánima que se esconde detrás de su impotencia
Hay un ánima que encuentra sin buscar
Hay un ánima que es sucia pero seduce
Hay un ánima que sabe sonreír con su mirada
Hay un ánima que sobrevive de recuerdos
Hay un ánima que camina por la orilla
Hay un ánima que está en el escenario equivocado
Hay un ánima que se atreve a esconderse
Hay un ánima que dobla la ropa cuidadosamente
Hay un ánima que pide perdón, pero no sabe de qué
Hay un ánima que intenta olvidar pero no quiere dejar de recordar
Hay un ánima que mira todas las noches por la ventana
Hay un ánima que manipula con honestidad
Hay un ánima que se queda inmóvil bajo la lluvia
Hay un ánima que se conmueve y es feliz
Hay un ánima que es un abismo
Hay un ánima que se embriaga para recordar
Hay un ánima que acaricia pero llega tarde
Hay un ánima que desea abrazarte pero no sabe cómo
Hay un ánima que no puede escapar del tiempo
Hay un anima que es todas estas ánimas, eres tu
Hay un ánima que es todas esas cosas, y soy yo.
Lost property. Texto de la exposición “lost property”. 2006

Lo he perdido. Perdí aquel regalo, perdí tu regalo,
y perdí muchas oportunidades, algunas por olvidarlas pero otras por [agotarlas,
y he perdido la razón.

Lo he buscado. He buscado por todos los sitios,
he buscado incluso donde sé que no lo dejé, he buscado incluso dentro
[de aquella caja,
y he buscado alguna razón.

No lo encuentro. No encuentro aquel trozo de terciopelo rojo,
no encuentro el lugar del que me hablaron, no encuentro una lágrima
[inútil,
y no encuentro una razón.

Lo he olvidado. Me olvido la tarjeta en la tienda de las zapatillas,
olvido llamar a mi hermana, olvido el rostro de mi madre,
y me olvido de buscar una razón.
Textos de la exposición "en este mismo instante", en la Galería el Mono de la tinta, marzo del 2008.



Se acerca a la ventana,
en ocasiones habla con ella aunque sabe que ya no existe.
Mira por la ventana y se queda mirando las gotas de lluvia que recorren los cristales.



Bebe un poco de su copa.
Piensa que hubiera sido mejor decir toda la verdad.
Aprieta con fuerza las llaves con las que ha estado jugando toda la noche
pide la cuenta.



Ella le cuenta con detalle todo lo que ocurrió.
Al escucharlo, se ha sentido dueño de cierto poder
no desea ese tipo de poder.
Aprieta los labios y mira hacia otro lado.



Le despierta el ruido de un taladro
al instante le viene a la memoria aquel día de abril.
Cambia de postura unas cuantas veces.
Consigue tranquilizarse
duerme una hora más.



Se lleva uno de sus dedos a la boca
es incapaz de pensar y mucho menos de hablar.
Mira a su alrededor, todos hablan atropelladamente.
Finalmente decide marcharse.



Le resulta familiar lo que tiene que decir, pero se ahoga cada vez que lo intenta.
Su hermano le interroga con la mirada.
Afuera en la calle hace frío, dentro, quizás haga demasiado calor.



Anoche bebió demasiado.
Le duele la cabeza.
Da vueltas por la casa buscando las gafas.
Anoche pasó un rato divertido, sin embargo ahora
no le resulta tan divertido.



Mira la fotografía detenidamente, y no se reconoce
no reconoce a nadie de los que están posando.
Está harto de que todo tenga que tener una explicación.



Mira hacia la pared
descubre una pequeña grieta
la misma grieta que alguna de sus hermanas observara la noche anterior.
Alguien enciende la luz, llega la enfermera.



Le coge la mano y le dice: el mes que viene tengo que hacer un largo viaje.
Y ella contesta: llévame contigo.
Se miran y se sonríen.
Luego, el llora sin que ella le vea.
"Preguntas"
Poemas para el evento postal organizado por Arte en Cumbayá. Selección.




Cuando era niño
cuando el verano duraba tres meses
cuando no miraba más allá del día siguiente
cuando reía.
Y lloraba.

...

Este es mi último verano
no creo que vuelva a ver tanta vida alrededor
no volveré a ver a mis nietos
ni volveré a ver florecer el geranio que me regalaron.


...

Domingo por la mañana
te miro mientras bebes el café
te interrogo con la mirada
bajas despacio la taza
y cierras los ojos.

...

En otro tiempo
en otro lugar
en otra playa
miro hacia las olas
y me parece el mismo sitio
siempre es el mismo sitio.

...

Todas esas mañanas
todas esas tardes
todas esas noches
bajo el sol.

...