27/9/11

Poema incluido en el catálogo de la exposición de Beatriz Palomero, en spazio p de Cagliari.

Un día cualquiera

Hoy me ha despertado la bocina de un coche,
una chica de siete brazos me ha sonreído.
Me he tomado un zumo de naranja,
una chica de pelo rojo hacía flexiones mientras murmuraba algo [incomprensible.
Bajando las escaleras me he quedado mirando la luz que entraba por la [ventana,
una chica con medias de rayas y minifalda me ha mirado del revés.
En el mercado una anciana me ha contado una historia,
de una mujer desnuda salían hojas de laurel.
Mientras estaba comiendo, un pájaro se ha posado en el alféizar de la [ventana,
dos hermanas vestidas de rojo cantaban desafinando.
Por la tarde ha venido una amiga a visitarme, hemos reído, y llorado,
la niña de ocho pechos nos ha saludado sin ganas.
Luego por la noche he estado estudiando las mil formas de mirarte,
la mujer de ojos pintados sostenía una enorme piedra por encima de su [cabeza.
Me acosté demasiado pronto, me dolía la cabeza,
una joven delgada hacía globos en su boca con un chicle gris.
Me ha costado dormirme, di muchas vueltas, no sabía donde estaba mi [felicidad,
una mujer mayor bailaba moviendo su negra melena.

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